"...pero la palabra es la que manifiesta lo conveniente y lo dañoso, lo justo y lo injusto, y es exclusivo del hombre frente a los demás animales tener, el sólo, el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto."
Bueno sería que algunos políticos tuvieran impresas en todo momento estas palabras, adecuadas para quienes olvidan su natural elocuencia digna.
Esta Presidencia comprende que muchos cargos políticos no pueden rechazar dignidades y honores que les confieren, por razón de las causas mismas por las cuales les fueron concedidas. Sería el caso supuesto del Embajador que, en obra diplomática de sus buenos oficios, consiguiera evitar una guerra entre naciones. No así aquellas otras precedidas de consulta, que requieren asentimiento de la persona a quien van destinadas. Nunca las concedidas en virtud de ejercicio del cargo, aún cuando este hubiera sido realizado con toda perfección.
De manera, que cuando se acumulan muchísimos, es lógico pensar que existe dignidades interés propio del agraciado en recibirlos. Asunto delicado previsto por Ley, aún cuando nadie parece interesado en este exceso de atributos, por razón que dañan solo a quienes reciben tales honores. Debería dañar la dignidad, aquellas recibidas o buscadas.
¿La actividad pública de un Presidente de Gobierno debe ser premiada por su celo, oportunidad para ejercerla, y acierto? ¿No está implícita en su reelección para este Cargo? ¿Es admisible recibir otros muchos honores?
Manuel Fraga Iribarne forma parte destacada de aquellos representantes públicos cuyos cargos recibieron número elocuente de dignidades. Tuvo adeptos, casi en número igual que detractores, por motivo del ejercicios de sus Cargos. Para muchos, fue una calcografía del Cardenal francés Richeleu. Para otros, un político derechista muy variable. Incluso, durante la transición, se dijo que importunó mucho a S.M. el Rey en aquellos proyectos imprescindibles para asentar la Democracia. Unas veces, al lado de las Leyes fundamentales del régimen anterior. Otras, inclinado a un liberalismo que desdecía sus criterios de tiempos anteriores.
En este caso de disyunción política, le hubiera venido muy ajustada aquella anécdota que se atribuye al Cardenal antes citado. La voy a referir para configurar el criterio que de este Cárdenal tiene la opinión pública. Además, permite una pincelada de humor:
"En la tumba del Cardenal Richeleu hay grabado este epitafio: "AQUÍ YACE UN HOMBRE QUE HIZO MUCHO BIEN Y MUCHO MAL."- Un gracioso escribió debajo lo siguiente: -
"El bien lo hizo muy mal, y el mal lo hizo muy bien." "
¿Sería el caso de Manuel Fraga Iribarne? No lo creo en toda su extensión, por que ya dije y repito, que era un hombre inteligente, aún cuando la política nos enseña que la inteligencia muchas veces cede su puesto a las necesidades públicas. De cualquier modo que miremos las complacencias honoríficas que recibió, no dejará de sorprendernos sus diversas egregias dignidades. Ustedes entonces podrán opinar. Repasemos algunas:
"Catedrático de la Universidad de Madrid; Diputado por Madrid; Oficial Letrado de las Cortes Españolas durante el régimen político anterior; Director del Instituto de Estudios políticos; Académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación; también de la Real de Ciencias Económicas y Financieras de Barcelona; de la Real Academia de las Letras Gallegas; de la Real Academia de Ciencias Morales y políticas; Presidente de Honor del Centro Gallego de Madrid; Ministro de Información y Turismo durante el régimen de Franco.
Grandes Cruces del Mérito Civil; Gran Cruz del Cardenal Cisneros; Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort; Cruz de la Orden Nacional del Mérito del Sol; Gran Cruz de la Orden Brasileira de Río Branco; Gran Ceuz de la Orden de Río Muni; Gran Cruz del Mérito Aeronáutico; Gran Cruz del Mérito Militar; Gran Cruz de la Orden del Cedro del Libano; Gran Cruz de la Orden del Infante Don Enrique de Portugal; Gran Cruz de la Orden de los Grimaldos (Mónaco); Gran Cruz del Mérito de la Orden de la República Árabe Unida (Marruecos); Gran Oficial de la Orden Nacional del Mérito del Ecuador; Gran Oficial del Mérito por Servicios Distinguidos del Perú; Oficial de la Orden de la Encomienda Nacional de Francia; Encomienda de Número de Alfonso X el Sabio; Caballero de Carlos III, y de Isabel La Católica; Gran Cruz de la Orden de Ruben Dario (Nicaragua); Oficial de la Orden de Economía Nacional de Francia; Collar de la Orden de Isabel La Católica. Y hasta su fallecimiento fue Presidente del Gobierno Autonómico de Galicía."
¿Cierto, que contadas algunas dignidades así seguidas, parecen muchas? ¿Pero no afirma la realidad que era un hombre inteligente?
Valorar en términos justos el apoyo que Manuel Fraga Iribarne brindó a la Agrupación Sindical de Escritores Españoles, es de comprensión inmediata, después de la conversación que mantuvimos con él y sus actuaciones posteriores: "Por sus acciones los conoceréis." Creo recordar que estas palabras vienen en la Biblia.
En Acta de la Agrupación Sindical de Escritores Españoles (1.1.1958), consta el texto de la carta que él envió. De su lenguaje subyacente, hablaron con elocuencia acontecimientos posteriores. Cuanto allí nos propuso, y la conversación mantenida, no se prestan a muchas suposiciones sobre posibles hechos coincidentes que sucedieron después. Hablaremos de sus consecuencias. Por tanto, les ruego que no olviden aquellas frase de Napoleón: "SOLO LOS TONTOS CREEN EN LA CASUALIDAD ."
cidentes, y a la vez dudosas, aunque siempre existan
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