Omisión de compañerismo y solidaridad por parte de escritores, ocurre en otras profesiones y partidos políticos. Fuimos distinguidos con epítetos dignos de su más preciada distinción, como "FANTASMAS."
Según dice el Diccionario, Fantasma, es algo inconsútil, imaginario, presuntuoso. Tal asunto me recuerda a esos políticos que para obtener más votos socavan los cimientos de sus contrarios usando propaganda de los tiempos de Estalin, consistente en achacar a los demás, prejuicios y errores cometidos por ellos.
Palabra dulce difundida en la Prensa con Notas amistosas dignas de su compañerismo, solidaridad y talante genuino. Añadían que estábamos "SIGUIENDO AL PODER CONSTITUIDO." Sutileza para dar lustre, brillo y esplendor a la Lengua Castellana.
La experiencia advierte que a cualquier contrario, se le debe conceder como mínimo, la capacidad e inteligencia suficiente para contestar de manera adecuada. Jamás caímos en la trampa. Alguien con más poder, inteligencia, capacidad estratégica y táctica, esperaba nuestra contestación posible, para añadir un arma más a su intención de evitar nuestra personalidad jurídica legal.
En aquella época había Censura previa a toda publicación, lo cual era más inconcebible. Detrás de las bambalinas, se estaba desarrollando un juego más sutil, y peligroso que ellos quizás desconocían.
Aquellos quienes querían demostrar nuestra "Sumisión al poder constituido," no tuvieron reparo alguno de ocupar despachos en un Centro de ese poder Constituido. Despachos que antes fueron ofrecidos a nuestra Asociación, que rechazamos por no seguir al "Poder Constituido."
Esta Presidencia evoca aquella canción festiva infantil que se canta aveces cuando la gente se traslada al campo. Dice:
"Ahora que vamos de campo / vamos a contar mentiras: Por el mar corren las libres,/por el campo las sardinas...." Sin embargo, esta Presidencia Añade: "Ahora que estamos hablando,/ vamos a contar verdades..." Este Sindicato, siempre estuvo abierto al dialogo y predispuesto para confraternizar con todos los escritores. Jamás le guió afán de lucro, motivo por el que durante muchos años no cobro cuotas, ni sus dirigentes utilizaron ningún autobombo. Sus Estatutos presentados para reconocimiento de personalidad jurídica, no eran, ni son clasistas. Contrarios a quienes se dicen liberales, y defensores del bienestar profesional, consideraron que una sola obra publicada en colecciones comerciales, era más que suficiente para demostrar profesionalidad. Contrarios, a la extinguida Mutualidad Laboral del Libro, que para pertenecer a ella, exigía un mínimo de cinco libros publicados o una cantidad económica recibida por premios. Los demás no eran profesionales. Su Estatuto Laboral inducia a suponer que tal Organismo fue creado para un determinado grupo clasista minoritario de escritores. Como hecho cierto, fue que dicha Mutualidad Laboral dio con su "Santo en tierra." Con cinco libros publicados en colecciones comerciales, solo se pudieron afiliar pocos escritores, de manera que los cálculos actuariales dejaron a esta Entidad al descubierto, allí donde la espina dorsal pierde su casto nombre.¿ que ocurrió después? Lo contaré en el Informe próximo.
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