Sindicato N.E.E. Informes Presidente

viernes, 9 de mayo de 2014

SINDICATO NACIONAL DE ESCRITORES ESPAÑOLES. Informe de la Presidencia.Madrid 9/5/2014/

Después de reuniones diversas de La Comisión Organizadora celebradas durante el año 1950, y visitas reiteradas a otras provincias donde se trató con algunos compañeros sobre este propósito, se decidió realizar la solicitud de inscripción como determinaban las Leyes.

El escrito correspondiente estuvo firmado por esta Presidencia y los compañeros siguientes: Gustavo Alcalde Rodríguez; Heliodoro de Paz Cadenas; José Ledrado López; Modesto Prieto Camiñas y Jesús Dumont Carretero.

En el acto de solicitar reconocimiento jurídico a través del Sindicato Nacional del Papel, Prensa y Artes Gráficas por razones expuestas en el Informa anterior, el Jefe de dicho Sindicato, como también el señor Eduardo Bueno, Abogado y Secretario General del mismo, como Mariano Lancha, Secretario Asesor de la Junta Económica central, nos advirtieron sobre la actuación posible de interese diversos contrarios a nuestros propósitos. Consideraban que tratarían de evitar su reconocimiento oficial. Según criterio muy extendido, la unión de escritores suscitaría recelos en sectores políticos y económicos. Como sucede y es frecuente, a la generalidad, se achacan los males causados por una minoría. Las suspicacias políticas, podrían proceder de quienes consideraban a los escritores culpables de la constitución de la segunda República y de su colaboración durante la misma. De aquellos intransigentes de cualquier color, inclusive, de los de su misma manera de pensar. Es decir, de los "forofos" intransigentes que ven en todos un sentido direccional avieso, tal vez como el suyo. Esta clase de personas no admiten para medir, más que el rasero fijo de su ideología. Son incapaces de admitir, menos convivir con criterios diversos y distintos. Personas de esta condición, "Genio y figura hasta la sepultura," aparecieron como almas que lleva el diablo, pero que no se llevó, porque  nada tenía que envidiar de ellos.

El asunto no nos cogía por sorpresa, de manera que insistimos en nuestro propósito. Nos propusieron cambiar la denominación de "Escritores Españoles" para evitar suspicacias y sustituirla, por Agrupación de la Novela y Arte. Nos negamos por la razón sencilla de mantener el criterio de una acción general en beneficio de todos los escritores, profesionales y noveles. La denominación propuesta limitaría nuestra capacidad. De manera que la solicitud fue admitida con su titulo original: Agrupación Sindical de Escritores Españoles.

Desde el año 1950 a 1951, se mantuvieron conversaciones, viajes a otras capitales, contactos con muchos escritores y periodistas que prometieron asistir a la Asamblea constituyente para designar los cargos necesarios y también a cuantas se celebran después por motivo de dotar a la Entidad de jurisdicción nacional.

Reuniones de la Comisión Organizadora  se iniciaron, y después prosiguieron, en la calle de Santa Engracia, 105, pral. Izqdª. de Madrid. Como quiera que los sindicatos tenían obligación por Ley de Unidad Sindical de dotar a estas asociaciones de despacho oficial, el correspondiente a estas Agrupación estuvo en la Plaza del Callao, 4 Palacio de la Prensa. Una vez celebrada la primera Asamblea y constituida la Delegación provincial de Madrid, como a su vez, las de otras provincias, a  la de esta Capital le fue adjudicado otro despacho en la Gran Vía núm. 69, 3ª Planta Delegación Provincial de Sindicatos.

Como quiera que los intransigentes y contrarios, no dejaban de incordiar, esta Presidencia consideró oportuno y necesario subarrendar despachos independientes por cuenta propia, por cuanto la Junta Directiva cooperaba por decisión libre y desde un principio también a los gastos generales. Sepan que los Sindicatos no tenían más obligación que dotar a las asociaciones admitidas por la Ley de despachos. La Agrupación Sindical de Escritores Españoles no cobró a sus asociados cuota alguna durante muchos años y su intención fue no hacerlo hasta poder ofrecer a todos "libre por gato." 

Suponía el sacrificio de sufragar gastos  generales a cuenta propia, pero sus intenciones no fueron nunca demagogas. Además no quisieron dar a sus contrarios armas que suelen ser utilizadas con intención torcida y no siempre verdadera. Después algunas Delegaciones Provinciales establecieron cuotas, cuya cuantía única fue determinada por Acuerdos adoptados en Juntas Directivas y Generales. Y aunque se acordó un porcentaje de las mismas para sufragar gastos de la Presidencia Nacional, está no requirió nunca su cumplimiento.

Las oficinas que esta Presidencia subarrendó, fue a la señora viuda de un Comisario de Policía en quien tenía confianza absoluta y a quien informó previamente de los motivos y circunstancias que lo aconsejaban. No faltó la anécdota necesaria, porque enterada una vecina, Directora de Colegios Municipales de Enseñanza, que había alquilado despachos a un escritor, quiso alquilar uno  para su hijo. Así tuve la satisfacción de conocer a José García Nieto, poeta eximio, después Académico de la Lengua, quien me recitó algunos de sus sonetos magníficos todavía sin publicar.

El subarriendo de estos despachos se hizo con conocimiento del Jefe del Sindicato, porque con independencia de su criterio político, era escritor y sabía de nuestros propósitos honestos. De manera que se convino usar los despachos que por Ley eran obligados para asuntos de trámite, en tanto que la planificación estratégica desde aquellos otros.

¿Dejaron los contrarios de incordiar? Por el contrario, buscaron colaboradores  poderosos.

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