Hago inciso en mis informes para dar contestación al escrito que Don José Santiago introdujo en en estas páginas con fecha, 22.5.2014.
¿ Creen ustedes que el escrito es un comentario? ¿No les parece surgido de una rabieta? Se que la verdad es amarga para muchos, guste o no?
Esta es mi contestación aquí, tal como él hizo. Ayer, lo envié a esta identidad electrónica suya: "José Santiago @noreply-commentd blogger.com" (Parece muy interesado en que ustedes se enteren). Comienzo:
"He leído con detenimiento su escrito. Contesto haciendo puntualizaciones. También como consecuencia del lenguaje subyacente que del mismo se deriva:
"...les pido hagan el honor al nombre de este sindicato de escritores que supuestamente (según dicta su nombre) representan..." Palabras suyas.
Tiene usted razón. Representamos a los afiliados, profesionales y noveles. No están entre ellos la mayoría como deberían haber estado aquellos que deben ser solidarios. Si esto hubiera pasado antes del rey Wamba, este Sindicato no tendría porque venir al mundo, y sus fundadores, estarían tranquilos donde les hubiera dado la gana sin haber consumido su tiempo y su dinero, que usted considera para nada.
"...para seguir disfrutando de ese nombre que dan a entender lo que no existe..." De su escrito.
Lo que existe, es cierto, y usted lo sabe: Reforma de la Ley de Propiedad Intelectual en su primera restructuración. Ingreso de los escritores en el Régimen de la Seguridad Social, B.O.E. de 17.11.70, que contempla la Ley de la S.S. de 21 de abril de 1966 (B.O.E. de 21 de abril de 1966 (B.O.E del 22 y 23) que prevé en el número 1 del artº 10, que dichos beneficios para escritores, si fuera preciso por su naturaleza, se establezcan condiciones de tiempo y lugar según sus procesos productivos. Decreto exigido por el Sindicato. Otras normas jurídicas que ahora les pueden ser aplicadas. Antes no había nada en absoluto. Si además, inclusive los no afiliados, hubieran demostrado solidaridad fehaciente, incluyendo a usted, el éxito habría sido completo para todos. Cree que con menos afiliados, comparados con los sindicatos obreros, y tan solo el nombre de Sindicato, se resuelven todos los derechos de nuestra profesión? !Entonces, en hora buena por su fe.¡ Cosa distinta es, que los hechos de Derecho culminen promulgados por Leyes adecuadas. No es tan fácil como usted pudiera creer.
"...para seguir disfrutando." De su párrafo anterior.
¿Se puede llamar disfrutar del Sindicato a lo que a continuación enumero?
1-Los fundadores que ostentaron cargos por elección en Asambleas Nacionales, y también quienes no fueron elegidos, trabajaron durante muchos años, más de siete horas diarias. Algunos hasta su muerte. También sufragaron, de las economías de sus haciendas propias, todos los gastos de viajes, estancias en distintas capitales y poblaciones; hoteles, comidas y cenas, con motivo de constituir Delegaciones Generales autónomas que constan en Nuestro Estatuto.
2.- Ni siquiera esta Presidencia ha cobrado nunca el porcentaje económico, deducido de los ingresos por concepto de cuotas, establecidas en algunas Delegaciones, según fueron aprobados por Juntas Directivas y Generales, para que este Sindicato pudiera realizar su cometido.
3.-Como premio añadido por disfrutar tanto del Sindicato, tuvieron que actuar contra el criterio de algunas autoridades. Contrarios a que los escritores estuvieran unidos. Temor irrazonable suponer que tal posibilidad podría dañar interese económicos y políticos. Criterio sustentado también por personas jurídicas. Sume usted amenazas y atentados. De todo hay. !Si a esto lo llama usted disfrutar, entonces hemos disfrutado de lo lindo¡
Por el contrario, si sus palabras quieren significar que no conseguimos todo cuanto dicta nuestro Estatuto, y por esta razón está sobrando el Sindicato; debo recordar a usted que España tuvo once constituciones y ninguna se cumplió en todo cuanto promulgaban. Ahora la actual, lleva el camino mismo. Si aplicáramos este razonamiento a los Gobiernos que han sucedido, como también a los sindicatos obreros, resultaría que ninguno habría hecho honor a lo que ellos representaban. Sin embargo los españoles siguen votando, y muchos obreros pagan sus cuotas de afiliación. La diferencia está en que sus dirigentes cobran beneficios y sueldos cuantiosos, mientras en este Sindicato, no. !Señor Santiago, nosotros damos "puntada sin hilo"¡ ¿Cree que otros escritores, incluyendo a usted, harían lo mismo?
Muchos escritores no son solidarios con el Sindicato por ideas políticas. Otros, porque su vanidad profesional, les aconseja alejarse de cuanto suponga semejanza laboral con trabajadores autónomos. Se consideran iguales o superiores a Talía y Emirato, allá en la cumbre del Parnaso, mimados por las musas.
Como usted estima que este Sindicato no ha hecho lo que debería haber hecho, le aconsejo que constituya otro. Si consigue más que nosotros, le felicitaré contento, porque los escritores podrán vivir por fin de lo que escriben.
He llegado a la conclusión de que ni saben, ni pueden, ni quieren defender sus derechos profesionales.
"...CAMBIEN EL NOMBRE DE ESTA FALACIA." Son sus palabras cordiales.
Tanta cordialidad como dice que hay en su escrito, me abruma, sorprende y admira. No esperaba menos de usted. Tanto por fe profesional, como por edad y tiempo que dice haber estado en este Sindicato. Muchas gracias, señor Santiago, que él le bendiga por tanta bondad y disposición amistosa. Sepa, que si mal no recuerdo, falacia, significa engaño, falsedad, y usted olvidó que para imputar esta clase de delito, tendría que haber incluido la palabra, presunto. No se preocupe; ni me enfado, ni soy rencoroso con ningún compañero.
La figura artificial del Estado, solo se ocupó de la Ley de Propiedad Intelectual, el Contrato que incluye el Código Civil y de algunos Premios Nacionales, mientras el Ministerio de Cultura, que debería haber hecho Leyes adecuadas, parece haber perdido su ombligo dando subvenciones que fomentaron la contracultura. Luego, los Gobiernos tampoco honraron su nombre, si lo deducimos del criterio que usted tiene sobre nosotros.
Aquí termina nuestra correspondencia.
Un saludo cordial.
Jesús Dumont".
Continuaremos los informes sobre este Sindicato, sus visicitudes y circunstancias que sucedieron al rededor del mismo.
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