"Dije en el diario "Sol de España", en TVE, y en Radio, lo repito ahora, con referencia al Mutualismo, "...que nuestro criterio en este campo extensivo a todas las profesiones, es más ambicioso. Lo humano y digno sería que cada jubilado, de conformidad con sus cotizaciones, percibiera el cien por cien de su salario real con los aumentos móviles que las mismas profesiones y categorías obtuvieran en activo. Una sociedad industrial y de consumo, tópico muy en uso, se debe avergonzar de que sus hombres vivan la ancianidad bajo la tutela de quienes estuvieron bajo su patria potestad. Hemos estrenado democracia, pero la libertad bien entendida, que no es cosa distinta que un respeto de libertades legales mutuas, requiere el concurso y el esfuerzo de todos; pero esfuerzo de trabajo y de empresa, si deseamos lucir como merece la democracia auténtica" (Sol de España 3.2.77).
"¿Que buscan? ¿Quien les alimenta? ¿Quien les maneja y dirige?". Para usted Ángel María de Lera, todo es un enigma. La verdad por próxima nos parece lejana a veces. No queremos comprender esa verdad aristotélica, virgiliana, hora objetiva y evidente. Otro hora, contradictoria con nuestros pensamientos y objetivos. Usted no hace ningún esfuerzo por entender la evidencia. Tampoco lo hizo cuando llegado a España rodeado de su inspiración y sus anhelos, nos dedico frases tan intelectualizadas como, "fantasmas", y otras endechas ingeniosas que evidencian un sentido alto del estilo y la intención: !Qué cómodo es no luchar contra lo que usted denomina, "poder constituido"¡ Dejarse alagar por sus órganos de poder, y sentarse tranquilo y apacible en el hogar del INLE, donde aún sigue usted ofreciendo abrir unas puertas que no son suyas; donde quizás el "poder constituido" actual pudiera invitarle a salir, como lo hizo de la Mutualidad que usted engendró, y entonces, la Colegial de Escritores se quedaría sin domicilio conocido, por el momento. No quiso acercarse a escritores como Wenceslao Fernández Flórez, Ramón Menendez Pidal, Olmedilla, Ramón Pérez de Ayala, Cansinos Assens, tantos, que no consideraron a la Agrupación aquella, residuo de nada; sino honesta, luchadora y desinteresada.
No lo hace ahora, cuando le invitamos al diálogo. Diálogo que es necesario y justo, obligado en bien de todos los escritores, humano. Siento que hoy la Cultura tenga perdidos sus fundamentos humanísticos, lo que a lo mejor, o a lo peor, hará libres de preocupaciones a los escritores. Preocupaciones por usted y por mí, pongo por caso. Sepa que nuestro entorno sindical, sea vertical, horizontal, piramidal, u oblongo, con sus 5.600 asociaciones inscritas, certifica la libertad de asociación profesional propia de una democracia. Al parecer, según sus palabras, usted no admite la existencia de otros sindicatos que no sea el suyo, autorizado desde el verano del año anterior. !Usted y solo usted¡ después nada, la tenebrosidad de lo ignoto, el mar mítico de los atlantes, el "non plus ultra¡".
Mi pluma humilde que no pretende el talante de su saber y su estilo, admira todo cuanto significa defensa de los derechos humanos, defensa de los derechos de los escritores. Solo le critico, honrada crítica constructiva, su falta de "chip" político. A mi modo de ver, las circunstancias democráticas admiten por Ley el concurso libre de las sociedades y asociaciones. Nada hay detrás de ellas misterioso; nadie tiene derecho a confundir a la opinión pública suponiendo fines ocultos distintos a cuanto previenen sus estatutos legalmente reconocidos, porque tal suposición podría ser considerada como una injuria, dejando en precario el valor que la Ley otorga al reconocer las finalidades legítimas de las sociedades. Estas son las reglas del juego, pero usted no parece saber jugar deportivamente este juego de la gran realidad social. Se pasa la vida enfadado, molesto, rencoroso. Siento que esto le ocurra, por cuanto creo que surgirán otros sindicatos de escritores. Sepa que solo se precisan 25 socios. Deje atrás el fantasma del infarto, y ponga los pies en la tierra: admita la necesidad del diálogo, bien a través de Comisiones o Comités de enlace, pero trate de unir en vez de dividir. Reflexione a cerca del hecho lógico de que el Gobierno a quien hay que exigir leyes necesarias, no se presta a conversar con grupos fraccionados; más bien con grupos fuertes, o con los representantes de todos. Quiera o no, usted tendrá que dialogar con todas las asociaciones de escritores, incluyendo a este Sindicato. En caso contrario, los escritores tendrán unos derechos raquíticos.
Su Estatuto, como el nuestro, exige una sola obra impresa como mínimo para conceder sus derechos a los asociados, es justo y honesto. Alguna vez creo, hombres con una sola obra impresa llegarán a las presidencias respectivas, si el juego es democrático de verdad. Señor Lera, es nuestro relevo, y creo que debería llegar antes que el infarto. Propongo a usted una mesa redonda, imparcial, convocando a todos los escritores, ellos deberán elegir la solución más conveniente a sus intereses. En esa mesas, usted y yo sentados, dispuestos a aceptar con elegancia la decisión que adopten. Creo que usted no aceptará, y juego con la seguridad de que no es imparcial, así que puedo usar de este lujo. Le emplazo a que trate de probar si es usted un jugador que sabe estar con elegancia, y perder o ganar según las reglas
Mi mano está tendida con honestidad, con imparcialidad, con deseo que los escritores no sean manipulados, politizados, ni se les cobre una peseta por exigir unos derechos que son suyos, aunque los dos no existamos, Jesús".
NOTA ACLARATORIA: El señor don Rafael Alberti, fue a la Asamblea del Sindicato de Escritores Españoles, sin que nadie le llevara, sin hacer ningún caso de cantos de sirena. Es decir, por decisión propia; y naturalmente, al enterarme de su presencia le rogué se sentara en la Presidencia a mi lado, lo que aceptó de manera voluntaria e interesado por el Sindicato, que según dijo, conocía desde que había sido Agrupación. Prometió inscribirse en el mismo desde aquel momento: "ya ha escarmentado, no les da carta de legitimidad alguna, ni democrática, ni profesional". Palabras suyas , y no de Alberti. Ni se sorprendió su buena fe, ni ha dicho lo que usted pone en su boca, y le añado por cuenta mía que él escarmentó, sí. No de nuestro Sindicato, sino de un comunismo revolucionario, poco científico y obsoleto. Según manifestaciones suyas dichas en público finalizada la Asamblea, y causa de "su escarmiento", y su dimisión de Diputado.
Si desea alguna aclaración más señor Lera, estoy a su disposición con las pruebas necesaria.
Reunión como ya sabia no se llegó a realizar.
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