Sindicato N.E.E. Informes Presidente

jueves, 12 de junio de 2014

SINDICATO NACIONAL DE ESCRITORES ESPAÑOLES.Informe de la Presidencia. Madrid.12.6. 201

Seguimos a don Francisco GALLARDO en sus festivas alusiones y criterios socarrones. Poner en duda el hecho por el cual los escritores pretendan vivir de lo que escriben seria tanto como decir que los Abogados ejercieran su profesión de manera gratuita, o que los Médicos en los hospitales atendieran a los enfermos sin cobrar un euro porque el Juramento de Hipócrates les obliga a ejercer un apostolado en favor de los demás. También que él, tan gallardo y diligente, estuviera desempeñando su cargo sin cobrar sueldo alguno, por estar tan honrado y orgulloso con se dedicación al  Sindicatos Provincial de Madrid, ( planta 4ª). !Le hice una visita¡

Significa que cree  de muy buen grado que los escritores pierdan horas, tiempo y dinero, cantando a las musas, pero considera natural que los Editores se forren a costa de sus cánticos; y de paso, ¿por qué no,? el Estado, que ingresa muchísimos millones por impuestos de venta de libros. Sin olvidar a la Comunidad Económica Europea, que hizo oídos sordos al escrito de este Sindicato solicitando que se estableciera el Iba-O para los libros. Estudio preparado por la Secretaria General Ejecutiva que representaba Don Emilio Zamanillo Pérez. ¿Por qué? Porque a la Comunidad Económica le importan mucho los ingresos y el Iba de los libros supone un chorreo de esos de "aquí te espero canastero." Luego, no se comprende muy bien tanto deseo manifestado por tan gallardo periodista, insistiendo para que los escritores se tomen su media de café y canten loas a las musas en el café Pombo de Madrid, y hoy en el Guijón  ¿Qué politiquilla de turno habría tras las bambalinas donde él estaba representando su papel brillante y generoso?

Así continuo su arti-culo:

"Lo que yo pido es que si vamos a mercantilizar la poesía, como está mercantilizado el fútbol, que se diga. Los mismos poetas materializados deben comprender que si la gente se gasta dos duros por ver a Di Stéfano darle patadas a un balón, no hay quien gaste dos gordas por saber cómo Matilde hace polvo el corazón maduro de Ernesto, que es el propio poeta. Y hace bien la gente en no dar dos gordas por eso; porque si Ernesto es poeta de verdad, ya tiene bastante premio con haber escrito lo que escribió, y no es lícito querer sacar dinero del propio goce o el propio tormento cuando este tormento o este goce se hacen pura poesía.

Ya lo digo, y no quiero repetirlo: el día que la poesía utilice papel de oficio, se acabó la poesía. La única salvación estaría en que el poeta le dijera a su mecanógrafa, mientras ella coloca esas letras de referencia en el papel timbrado: "!Poesía eres Tú¡" Pero en realidad, creánme los poetas sindicados, eso es poca cosa para salvar la Poesía.

La Poesía hay que salvarla, más que a cuerpo limpio, a alma sola. Si ola poesía fuera endosable como cualquier letra de cambio, sería verdad eso de la poesía del dinero. Y no hay nada más antipoético que un Banco, aunque ahora los arquitectos amigos de los jardines y el paisaje hayan colocado macetas y flores, plantas y verdes para disimular.

Nada, amigos, que el día que ustedes anuncien en las tarjetas "Poeta sindicado," no cree en su poesía  ni don Julio Trenas, pongo por ejemplo de hombre amable, condescendiente y amigo de sus amigos, las gentes de letras."

!Lo que dice de Julio Trenas, es la vedad única del Articulo periodístico, lo puedo afirmar¡ 

Desde un principio esta Presidencia trató de solidarizar a todos los escritores. Para ello estuvo en comunicación con la Sociedad de Escritores y Artistas, quienes en aquellos momentos pasaban un duro trance económico, por cuanto sostenían a su costa una Residencia para escritores ancianos. Incluso nos propusieron formar parte de la Agrupación Sindical de Escritores Españoles, si nos hacíamos cargo de dicha Residencia. Lo cual fue imposible, porque ellos suponían que la Agrupación Sindical recibía subvenciones por el hecho de ser Sindical. Sociedad a la que admiro y respeto y a la que hubiera pertenecido si no fuera por el empeño por resolver otros problemas que nos afectaban a todos.

Lo intentamos con la Asociación de Escritoras que presidia Isabel Calvo de Águila, y realizada la transición política española, con la Colegial de Escritores, a través del Vocal de la Junta Directiva,  Mariano San Ildefonso. Sin resultado positivo. Constituir un Ente de representación de todas las Asociaciones, con independencia propia de las mismas y de sus Estatutos, cuya fuerza solidaría y representativa causara la intervención del Estado para propiciar aquellas leyes que en Derecho nos correspondieran, no parecía ser del interés de ellos.

Por último la Agrupación Hispana de Escritores cuyo domicilio social estaba en la calle Encomienda de Palacios, 64, Madrid 30, desde antes del año 70 estuvo dispuesta para formar parte del Ente referido. Pero la imposibilidad de hacerlo fue enfriando nuestra relación, que después por causas diversas se extinguió en su totalidad, aún cuando recibí una carta amistosa del que fue su Presidente desde otro país. Deduje que no lo era, por la razón sencilla de que pasaron algunos años antes de  recibir la misma, y no mencionaba para nada a la Asociación. No obstante existía, por cuanto recibí invitación para asistir a un acto literario en el Ateneo de Madrid, que acepte.

Como prueba de su sinceridad, e interés sobre el proyecto -que debieron mostrar todos, según muestro criterio- Trascribo síntesis de una carta contestando otra mía  otra mía:

"Madrid 13 de junio del 73. Mi querido amigo: Siempre he sido partidario de que una bofetada a tiempo es una batalla ganada. En esta ocasión la he recibido yo y me alegro. Ha sido una bofetada cariñosa, ha sido una lección honrada la que me han dado y viniendo de ti con la intención que lo has hecho, te lo agradezco mucho más. Más que nada porque la merecía desde hace mucho tiempo. Y lo importante  no es la bofetada, sino lo que me puede enseñar a la larga. Nervioso, dinámico, bateador de pies y manos a fin de encontrar apoyo. En ti lo he recibido y la carta que me envías, modelo de enfado retenido, de moderación y afecto hacia una idea, me anima a escribirla  ya que esa carta me ha valido mucho más que todas las conversaciones mantenidas anteriormente. Entre tu enfado por la mía y tu deseo de dejar aclaradas algunas cosas, he podido ver claramente el verdadero fondo que te anima, el ánimo personal hacia lo que te rodea, de aquí que ya sepa algo muy importante y que desde aquí pueda empezar  la edificación futura."

"...he sacado consecuencias muy interesantes, entre ellas, las siguientes:

1º.- Que aún me falta mucho por aprender de los demás y que los que me rodean me "dan sopas con ....." en todo, de aquí que debo de bajar mis humos lo antes posible si no me quiero ver solo.

2º.- Que no soy el portador "de los valores generales," sino uno más del montón y que sin tanto hablar, hay otros que trabajan en lo mismo y mucho mejores que yo.

3º.- Que si verdaderamente quiero conseguir algo debo de dejar aconsejarme por aquellos que saben más que yo y no debo de ser tan absolutista.

4º.-Que contra lo que pudiera pensar yo, tu eres un hombre bueno, que intenta hacer lo mismo que yo, pero mejor hecho y sin tanto bombo como yo.

5º.-Que debo de ponerme a tu disposición para todo puesto que eres el más idóneo para gobernar y para llevar a la gente."

De manera que esta Presidencia solo encontró a esta Asociación  proclive para conseguir esa solidaridad y respeto entre todas las Asociaciones de escritores. Lo cual es triste y desconsolador, porque revela la independencia patética y poco amistosa de quienes tienen deber moral de entender, practicar y unir a los escritores en un criterio común profesional, aunque ellos, al parecer, no lo creen así. Asunto este que yo respeto.

No obstante, esta Presidencia, persistió en su empeño de conseguir derechos legislativos para para todos. Lo explicaremos en el Informe próximo.


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