Generaciones actuales de escritores nacidos después de la guerra incivil española y en desarrollo la segunda mundial, desconocen la crudeza que supone vivir junto al terror, la destrucción y la muerte. Por eso ahora, es preciso usar los medios legales que permite el estado de Derecho, para que los cambios necesarios del régimen político sucedan sin conflictos, habida cuenta de que las clases menos poderosas serán siempre las más perjudicadas.
Salón con sus consejos nos recordaba: "Y si por vuestra culpa os han ocurrido cosas penosas, no echéis a los dioses las culpas de ellas, pues vosotros mismos los habéis llevado al poder..." "Cada uno de vosotros camina con pasos de zorra, pero todos reunidos tenéis la manera de ser del papanatas: atendéis a los discursos y a las palabras de un hombre astuto y no miráis a ninguna de las cosas que suceden."
Es posible que desde hace siglos se hallan cumplido las frases de Teófilo Gautir: "Si a Heine le repugnaba creer que Dios se había hecho hombre, admitía sin dificultad que el hombre se había hecho dios."
No es que los pueblos exijan cosas ideales que no están aún en la vida, ni en el conocimiento. Más bien poder acceder al disfrute de bienes generales con dignidad. Por el contrario, si los gobiernos no encuentran o no saben gestionar los recursos económicos de todos los ciudadanos que les han sido confiados, y además practican la corrupción en vez de ejecutar el contrato de mandato al que están obligados, resultará que grandes estratos sociales no alcanzarán el mínimo dinerario preciso para vivir. ¡ Y esto no puede ser consentido, ni es asunto que tenga dilación! ¡Ni en España, ni en ningún país del Mundo!
No es posible que el pueblo olvide asuntos como el Gal, ni el uso indebido de los fondos reservados, ni los millones de parados por culpa del abuso económico de algunos bancos, que han producido crac de la economía española, y también comunitaria. Tampoco pueden olvidar los 70.000 millones de euros que España ha recibido del Banco Mundial para cubrir dicho desgaste económico... ¿Por qué no para aliviar el paro? ¿Acaso los bancos se aman como los poetas aman a sus musas? ¿Quienes están ocultos por las bambalinas de la verdad? ¿Los de siempre? ¿Han tenido sucesores pese al aborto casi sin límites? ¿Quienes, cuales, cuyos...? ¿Donde están? ¿A la vista de todos? ¿Juegan al cuento de Caperucita Roja? ¡Quien lo sabe!
Durante la segunda República española, sin entrar en el porqué del desposeído Banco de España, Indalecio Prieto, Ministro de Hacienda, depositó en el Banco de Francia, 1200 millones de pesetas oro. Tema este reconocido por el Gobierno francés quien procedió a su devolución. ¿Que nos demuestran los hechos? ¡Qué todo es igualico para el abuelo Federíco¡
"¡ Dios nos da, y otros nos lo quitan....!
Continuaremos. Un saludo.
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