Continuaremos este año 1978, porque desde el anterior las actividades políticas constituyeron concatenación de hechos que afianzaron a la democracia. Hubo criterios políticos diversos: ambiciosos para algunos, y para otros, propósitos de continuidad del régimen anterior. Actitud que no debe sorprender a nadie porque es esencial en toda carrera política.
Hay quien de su profesión hace carrera política, y a su vez otros, de la carrera política hacen profesión, con dividendos dinerarios a su gusto. Todos influyen en la sociedad que representan, por cuya circunstancia resulta muy aleccionador conocer a quienes eligen este principio de actividad social.
Blas Piñar, Notario, y Presidente del Partido "Fuerza Nueva," expresó en febrero de 1978 en uno de sus mítines celebrado en Tenerife, lo siguiente:
"La Monarquía debe ser católica, tradicional, social y representativa, según figura en las leyes constitucionales, requisitos que no se cumplen en la actual Monarquía española."
De hecho, el nombramiento del General Manuel Gutierrez Mellado, Ministro de la Defensa, tenia por base la estructuración de las Fuerza Armadas. Lo cual era fundamental para afianzar el régimen político durante la transición, toda vez que dicho año 1978 se caracterizó por el interés de los contrarios en mantener el sentido político anterior que consideraban adecuado y justo.
Trataron de evitar que la Constitución fuera promulgada de manera firme, pero las Cortes la aprobaran el 31 de octubre de 1978, por 363 votos a favor, 6 en contra, y 13 abstenciones. Lo que manifiesta que loa seres humanos se ocupan de las cosas que les afectan y realizan otros seres humanos. Menos, comprender las dificultades que tuvieron para conseguirlo quienes la llevaron a cabo.
Pongamos un ejemplo: ¿Ustedes saben las dificultades que tuvo el inventor de la bicicleta? Pongo a esta como referencia, porque ahora asistimos a idea que pretende demostrarnos sus medios excelentes de locomoción. De cuyos beneficios deportivos y de recreo, no dudamos. No obstante, nos parece anacrónico y absurdo, usar pantalones vaqueros, camisa sin corbata; y para cubrir el cuero cabelludo, una chistera de siete pisos. Después pretender de esta guisa asistir al almuerzo Real que se otorga en honor del al ganador del " Premio Cervantes."
Ahora estamos viviendo al comienzo de una epidemia de las bicicleta cuya cepa amenaza con convertir el virus en proceso endémico. Ignoramos porque tanto el PSOE y el PP, andan dando vueltas a la bicicleta. Todos sabemos que el deporte es sanísimo; que caminar o correr por las calzadas de carreteras y calles, resulta grato. Atractivo, por lo morboso que conlleva saltarse las normas de tráfico que lo prohíben. Todos tenemos un rictus malévolo oculto en nuestro interior del que no se libra nadie, ni siquiera quienes nos gobiernan. ¿Si no fuera así, cómo la Guardia Civil detuvo un coche que corría a gran velocidad conducido por el Director de tráfico?
No es correcto que las normas últimas salidas del horno de hornear las leyes consideren a la bicicleta como un vehículo más, con todas las garantías legales que tiene reconocidos los vehículos con motor de explosión. ¿ Hay cosa tan incongruente, desfasada, y obsoleta? ¿Es que la presión política de los amantes de este deporte, a través de sus organizaciones, inducen a los gobiernos de toda Europa; o es que todos los gobiernos quieren así rectificar tolerancias que por omisión de sus deberes, consintieron?
De manera igual deben ser consentidos todos los inválidos que transiten con sus sillas de motor. ¿Por qué no pueden ser iguales los vehículos de tracción animal, como lo estaban desde hace más de veinte siglos anteriores al actual? ¿Y los borriquitos tan vistosos, con sus aguaderas, o haces de leña? ¿Cómo no carros, galeras, y carretas? También los coches al punto, tirados por dos caballos con arreos fuertes de cuero y su farolito de petróleo en la parte superior derecha. ¿Por qué no los coches fúnebres con tiros de caballos bien enjaezados y adornadas sus cabezas de penachos suntuosos?
Me surge de improviso cierta canción que escuché un día, de la que recuerdo solo una estrofa, decía así: ¡Que bonito es un entierro, con su caballito blanco, con su caballito negro, con su cajita de pino, con su muertecito dentro!"
¿Es lógico y razonable que un vehículo dotado de motor de explosión suba un puerto siguiendo a varios ciclistas a menos de 20 kilómetros por hora? En principios de la era electrónica, hoy se diseñan mandíbulas y cráneos para trasplantes. La Robótica invade las industrias; las computadoras le permiten caminar por calles de ciudades distintas sin moverse de su butaca. Existen impresoras 3-B capaces de esculpir su rostro, o el de cualquier faraón de Egipto. ¿Pretenden que volvamos al caballito blanco, al caballito negro, y a la bicicleta, todos tan monos, tan distintos, tan de su tiempo? No somos contrarios a la misma, incluso tenemos bicicletas, para usar en lugares adecuados y no interrumpir el uso de derechos preferentes de otros.
No es admisible que los ciclistas carezcan de matrícula, luces de posición y seguros, obligatorios para todos los demás vehículos. Tan poco, que salgan a la carretera sin tener demostrados sus conocimientos de tráfico, ni ser participes de un carnet de puntos. ¿No dice la Constitución que somos todos iguales ante la Ley?
¿Por qué no se esfuerza Tráfico en poner cada cosa en su justo medio como sería lo más adecuado? Sepan ustedes como se resolvió cierto conflicto que el poeta Eduardo Montesinos planteó en un poema festivo:
Lo incluiremos en el informe próximo.
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