BIBLIOGRAFIA:- Alberico, G. (ed), "Historia de los Concilios Ecuménicos", Salamanca 1993.- Bof. G. "Teología Católica: "Dos mil años de historia, de ideas, de personajes" (Madrid,1956).
Jonas, H. "Lo gnosticismo" (Turin, 1995).- Peterson, E. "El monoteísmo como problema político" (Madrid,1999).- Depeyrot, G. "Crisis e implantación entre Antiqquité et Moyen Age", (París, 1991).- Tainter, J.A. "The Collapse of Complx Societies" (Cambig, 1988).- Bonassie, P. "Del esclavismo al Feudalismo en Europa Occidental", (Barcelona, 1993).- Mitre, E. y C. Granda: "Las Grandes Herejías de la Europa Cristiana" (Madrid, 1998).
COLABORACIONES. De esta Presidencia en AIR. (Continuación):
"VALDEMAQUEDA,
Abetos que ascendéis las piedras yertas,
desde faldas abruptas de las sierras;
el monte ha verdecido: verde y oro,
y muchos soles con amor os besan.
Estáis ahí, con vuelos circundidos
del águila veloz y culebrera.
Estáis aquí, vigías de caminos,
ansiando recibir más primaveras.
Cuando lleguen los hielos matutinos,
porque el invierno con la nieve acceda,
aunque me voy dejando a vuestros pinos,
latiendo aquí mi corazón se queda."
También en AIR, libro núm. 8 (2008), esta Presidencia escribió el relato siguiente con el título, VIAJE A CORNUALLES:
"Entre copias de cartas a las Musas encontré una que no llegó a Correos, ignoro por qué. En aquella fecha no se había inventado aún la "globalización," ni concepto alguno relativo a la "Modernidad Líquida expresado por el sociólogo Zygmunt Bauman. Metáfora esta por la que todo se puede adaptar a todo, siempre que se trate de globalizalizar mercados y hacer contratos trimesinos, como si fueran partos distócícos. Pues bien, por entonces tendría yo veinte años mal contados y Excalibur, bastantes más.
Aquella tarde, los árboles parecían caer muertos de estupor y el sol a punto de saltar del firmamento. Un río hundía sus veneros exiguos, arrancando espumas entre las piedras roñosas del fondo. No cantaban las aves. Ni siquiera se escuchaba un sonido. La nada se había cruzado de brazos. Entonces, tropecé con una musa "zyborg", modalidad de cuerpo humano cuyos órganos eran prótesis tecnológicas y sus válvulas cardíacas sustituidas por otras de cerdo. Lo dijo ella con un mohín gracioso. La creí. Primero, porque me pareció posible; y segundo, era demasiado ingenua para mentir.
Dormía el tiempo y llegó la noche como llegan todos los acontecimientos, nos gusten o no, sin hacer ruido. Decir que alumbraba Selene, era casi un insulto difícil de entender. Apenas había luna, sólo quedaba parte de un ojo y medio tuerto. Algo se comió un buen trozo de su cuarto menguante y una nube negra de mal agüero pretendía taparlo.
Cornualles forma parte de la península situada en el extremo suroeste de Inglaterra. Nada que ver con la ciudad rondeña de Málaga, ni con el "chafa" Benito Gómez, o el Convento de Santo Domingo. Aquí el clima lleva la contraria, que además es muy típico escocés. Supe, por sus habitantes, que perdieron todas las guerras; pero gracias a esta mala suerte, no cejaron en su empeño contra invasores sajones y anglos...¡"cabezas duras como los escoceses e irlandeses, se encuentran pocos!
De haber vivido en aquella época, hubiera aconsejado dar un salto en el tiempo a sus habitantes; y aterrizar, como quien dice, en el restaurante actual "Tragabuches"; nombre que fue de un banderillero celebre en el siglo XIX. Mató a su mujer y a su amante. No le gustó que le traicionara con el sacristán.
Ante mí, había un camino. Más que camino, parecía un festón mal cosido por los puñales de los abetos. No podríamos decir que serpenteaba entre la espesura, concepto éste muy abusado, pero que resulta bonito e imaginativo. No era senda, ni trocha, ni nada. Tal como lo vi, me pareció que habían arrastrado los pies para trazar una línea mal dibujada. ¡De lejos o de cerca, aquel paisaje era un asco!
Supuse que aquella musa no descendió del Parnaso, sino de un avión. A su alrededor, varios turistas elogiaban sus explicaciones históricas: decía que a consecuencia de la guerra llamada "de las dos Rosas"; entre Enrique VIII, enfrentado a Roma; y los católicos, opuestos a Cromwell; advinieron aquellas frases de un pensador, cuyo nombre no recuerdo, quien dijo: "El primer hombre que comparó a su mujer con una rosa, fue un genio; el segundo, un imbécil".
¿Qué hubieran hecho aquellos turistas, de contemplar Lauriselva en la Gomera; después Übeda, Jaén, Baza, y Santiponce de Sevilla con su Monasterio de San Isidoro del Campo, o las plallas de Tarifa y la Caleta de Cádiz? ¿Caerían por los acantilados de Cornualles o se lanzarían al foso del Castillo de Tintagel? En Cornualles, solo había un lago en el monte Avalón, según criterio que adviene desde el área oscura de la historia. Allí levantó un castillo el rey Arthur. Los castillos se comenzaron a construir a principios del siglo VI; por lo menos así ocurrió en la Bretaña.
El rey Arthurt nació al rededor de los años 470/475. Fundó la ciudad de Camelot, y dudo mucho que existiera por entonces este sendero. Antes de iniciar su andadura, observé con atención a la musa. No era la Dama del Lago sobre la laguna de Dozmary, apretando contra su pecho la espada de Excalibur. En un momento que no precisa más abreviatura distinta a un bocadillo de jamón ibérico de pasta negra, nos vimos. Mme miró con ojos biónicos. No brilló el sol, ni la luna, ni mi alma dejo de ser un páramo de Bodmín, donde murió el rey que guerreaba contra su sobrino Mordred.
Pasados varios minutos de estupor contemplativo, hablé con ella; y su voz, que no era melodiosa, me indujo a salir corriendo. A lo peor solo fue consecuencia de mi turbación. Sabía que allí, región de la bretaña francesa, eran dados a ver fantasmas; y aquella mujer hecha de "Kits" biológicos, podría ser romántica a pesar de haber llegado en vuelo de Madrid a Bristol. Se llamaba Bienvenida y era de Cáceres. Miraba de soslayo y su pupila podría a travesar la estatua de Francisco Pizarro erigida en Trujillo.
Estaba recitando un poema de rima libre, dedicado a Tristán e Isolda. Al fondo del cielo, ahora cuajado de nubarrones plomizos, se podían distinguir varias villas pesqueras. Me gustaron más las nuestras en Asturias, como Laredo por ejemplo. Al llegar la noche, parecen casitas de Portal de Belén con farolillos colgados sobre la mar remota y legendaria. Dice la leyenda que Margarita de Drummond o Dumont, -indistintos- reina de Escocia y descendiente del rey Arthur, pasaba horas entre brumas, mandando al "cuerno" a todos los sajones.
Este viaje, sin saber por qué, no fue "boom" para regresar, ni siquiera abordo del Rhapsody, porque volver a Cornualles cuando no hay sol, ni casi luna; es como ir al Polo Norte, teniendo a la intemperie ese lugar donde la espina dorsal pierde su casto nombre. A mi, que me den rutas del aceite por Jaén, del vino en Córdoba, escapadas a Sevilla, días festivos; "pausadas" en Portugal y sierras sub-béticas. ¡Sol, mucho sol! Toros con cuernos y vinito de Jerez. Y cerca, muy cerca, una mujer hermosa, cuyos ojos brillen cuando suene el bordón de una guitarra.
Seguí el sendero y llegué hasta un poblado abandonado y casi derruido. Si de allí hubiera necesidad de salvar algo, yo mismo encendería la antorcha del incendio. Para mejorar su aspecto, tendría que arrancar los pocos pedruscos en forma de vertedero que son espasmo contemplativo de sus montañas. ¡Una birria auténtica! Lo siento, musa, es lo que había y no otra cosa. Que a ti, te pareciera una grandeza romántica y sensitiva, no significa que todos estemos de acuerdo contigo.
En un área céntrica, donde los frontis desmochados de las casas vetustas aún jugaban al corro, como si fuera una plaza, había una fuente de cuatro caños que se tragó sus chorros. Puedo añadir que en la Iglesia, faltaba la campana. No estaba en la torre, sino semioculta entre hierbajos que perdieron su color, roídos por algún verano. Tenía una fisura abierta en su bronce, y las hormigas trataban de cerrarla sin éxito. -¡Ni siguiera había hormigas! No pasaban de diez.- La campana parecía más campana porque perdió su bagajo. Además, me sorprendió un pañuelo colgado de un árbol solitario y podrido. En su centro estaba bordado un perro cachorro, lebrel en ciernes, descolorido por la lluvia; e inmaduro, quizás por no haber salido del pañuelo.
Y quedé atónito, contemplando una mano de hierro que mantenía cogida una bola. Esas manos habidas en algunas puertas en función de llamadores, y que te dan un susto de muerte cada vez que suenan. No estaba en ninguna puerta, sino sobre la arenisca de la plaza, esperando que se abriera el suelo, para ser enterrada con dignidad.
Esto es todo. Me vino a la boca cómo un regusto amargo y fuera de lugar. Te lo hubiera remitido por correo si allí hubiera habido una oficina adecuada, y no una tablilla en la que me pareció poder leer: "CORR... . Y, corrí ... ¡vaya si corrí! ... aún estoy corriendo...
¡Adiós, amor!
He puesto a este hipotético poblado, -que no existe en las rutas turísticas de Escocia,- tan mal parado, con ironía del cuento, que mereció este comentario justo y oportuno: "Nota de la redacción: Cornualles es un lugar rudo y salvaje, pero tiene su belleza. En la dirección de Internet que pongo a continuación, hay fotos de Tintagel, con las ruinas del castillo del rey Arturo.
https//www.marhhamchurch.eu/Tintagel-picture 1.htm
NOTA: (¡Pero amigos, sólo puedo decir qué, similar a como es la política en general, son los cuentos!) Esto no se me ocurrió añadir en la colección AIR. ¡Fue un olvido imperdonable!...
También en AIR, libro núm. 8 (2008), esta Presidencia escribió el relato siguiente con el título, VIAJE A CORNUALLES:
"Entre copias de cartas a las Musas encontré una que no llegó a Correos, ignoro por qué. En aquella fecha no se había inventado aún la "globalización," ni concepto alguno relativo a la "Modernidad Líquida expresado por el sociólogo Zygmunt Bauman. Metáfora esta por la que todo se puede adaptar a todo, siempre que se trate de globalizalizar mercados y hacer contratos trimesinos, como si fueran partos distócícos. Pues bien, por entonces tendría yo veinte años mal contados y Excalibur, bastantes más.
Aquella tarde, los árboles parecían caer muertos de estupor y el sol a punto de saltar del firmamento. Un río hundía sus veneros exiguos, arrancando espumas entre las piedras roñosas del fondo. No cantaban las aves. Ni siquiera se escuchaba un sonido. La nada se había cruzado de brazos. Entonces, tropecé con una musa "zyborg", modalidad de cuerpo humano cuyos órganos eran prótesis tecnológicas y sus válvulas cardíacas sustituidas por otras de cerdo. Lo dijo ella con un mohín gracioso. La creí. Primero, porque me pareció posible; y segundo, era demasiado ingenua para mentir.
Dormía el tiempo y llegó la noche como llegan todos los acontecimientos, nos gusten o no, sin hacer ruido. Decir que alumbraba Selene, era casi un insulto difícil de entender. Apenas había luna, sólo quedaba parte de un ojo y medio tuerto. Algo se comió un buen trozo de su cuarto menguante y una nube negra de mal agüero pretendía taparlo.
Cornualles forma parte de la península situada en el extremo suroeste de Inglaterra. Nada que ver con la ciudad rondeña de Málaga, ni con el "chafa" Benito Gómez, o el Convento de Santo Domingo. Aquí el clima lleva la contraria, que además es muy típico escocés. Supe, por sus habitantes, que perdieron todas las guerras; pero gracias a esta mala suerte, no cejaron en su empeño contra invasores sajones y anglos...¡"cabezas duras como los escoceses e irlandeses, se encuentran pocos!
De haber vivido en aquella época, hubiera aconsejado dar un salto en el tiempo a sus habitantes; y aterrizar, como quien dice, en el restaurante actual "Tragabuches"; nombre que fue de un banderillero celebre en el siglo XIX. Mató a su mujer y a su amante. No le gustó que le traicionara con el sacristán.
Ante mí, había un camino. Más que camino, parecía un festón mal cosido por los puñales de los abetos. No podríamos decir que serpenteaba entre la espesura, concepto éste muy abusado, pero que resulta bonito e imaginativo. No era senda, ni trocha, ni nada. Tal como lo vi, me pareció que habían arrastrado los pies para trazar una línea mal dibujada. ¡De lejos o de cerca, aquel paisaje era un asco!
Supuse que aquella musa no descendió del Parnaso, sino de un avión. A su alrededor, varios turistas elogiaban sus explicaciones históricas: decía que a consecuencia de la guerra llamada "de las dos Rosas"; entre Enrique VIII, enfrentado a Roma; y los católicos, opuestos a Cromwell; advinieron aquellas frases de un pensador, cuyo nombre no recuerdo, quien dijo: "El primer hombre que comparó a su mujer con una rosa, fue un genio; el segundo, un imbécil".
¿Qué hubieran hecho aquellos turistas, de contemplar Lauriselva en la Gomera; después Übeda, Jaén, Baza, y Santiponce de Sevilla con su Monasterio de San Isidoro del Campo, o las plallas de Tarifa y la Caleta de Cádiz? ¿Caerían por los acantilados de Cornualles o se lanzarían al foso del Castillo de Tintagel? En Cornualles, solo había un lago en el monte Avalón, según criterio que adviene desde el área oscura de la historia. Allí levantó un castillo el rey Arthur. Los castillos se comenzaron a construir a principios del siglo VI; por lo menos así ocurrió en la Bretaña.
El rey Arthurt nació al rededor de los años 470/475. Fundó la ciudad de Camelot, y dudo mucho que existiera por entonces este sendero. Antes de iniciar su andadura, observé con atención a la musa. No era la Dama del Lago sobre la laguna de Dozmary, apretando contra su pecho la espada de Excalibur. En un momento que no precisa más abreviatura distinta a un bocadillo de jamón ibérico de pasta negra, nos vimos. Mme miró con ojos biónicos. No brilló el sol, ni la luna, ni mi alma dejo de ser un páramo de Bodmín, donde murió el rey que guerreaba contra su sobrino Mordred.
Pasados varios minutos de estupor contemplativo, hablé con ella; y su voz, que no era melodiosa, me indujo a salir corriendo. A lo peor solo fue consecuencia de mi turbación. Sabía que allí, región de la bretaña francesa, eran dados a ver fantasmas; y aquella mujer hecha de "Kits" biológicos, podría ser romántica a pesar de haber llegado en vuelo de Madrid a Bristol. Se llamaba Bienvenida y era de Cáceres. Miraba de soslayo y su pupila podría a travesar la estatua de Francisco Pizarro erigida en Trujillo.
Estaba recitando un poema de rima libre, dedicado a Tristán e Isolda. Al fondo del cielo, ahora cuajado de nubarrones plomizos, se podían distinguir varias villas pesqueras. Me gustaron más las nuestras en Asturias, como Laredo por ejemplo. Al llegar la noche, parecen casitas de Portal de Belén con farolillos colgados sobre la mar remota y legendaria. Dice la leyenda que Margarita de Drummond o Dumont, -indistintos- reina de Escocia y descendiente del rey Arthur, pasaba horas entre brumas, mandando al "cuerno" a todos los sajones.
Este viaje, sin saber por qué, no fue "boom" para regresar, ni siquiera abordo del Rhapsody, porque volver a Cornualles cuando no hay sol, ni casi luna; es como ir al Polo Norte, teniendo a la intemperie ese lugar donde la espina dorsal pierde su casto nombre. A mi, que me den rutas del aceite por Jaén, del vino en Córdoba, escapadas a Sevilla, días festivos; "pausadas" en Portugal y sierras sub-béticas. ¡Sol, mucho sol! Toros con cuernos y vinito de Jerez. Y cerca, muy cerca, una mujer hermosa, cuyos ojos brillen cuando suene el bordón de una guitarra.
Seguí el sendero y llegué hasta un poblado abandonado y casi derruido. Si de allí hubiera necesidad de salvar algo, yo mismo encendería la antorcha del incendio. Para mejorar su aspecto, tendría que arrancar los pocos pedruscos en forma de vertedero que son espasmo contemplativo de sus montañas. ¡Una birria auténtica! Lo siento, musa, es lo que había y no otra cosa. Que a ti, te pareciera una grandeza romántica y sensitiva, no significa que todos estemos de acuerdo contigo.
En un área céntrica, donde los frontis desmochados de las casas vetustas aún jugaban al corro, como si fuera una plaza, había una fuente de cuatro caños que se tragó sus chorros. Puedo añadir que en la Iglesia, faltaba la campana. No estaba en la torre, sino semioculta entre hierbajos que perdieron su color, roídos por algún verano. Tenía una fisura abierta en su bronce, y las hormigas trataban de cerrarla sin éxito. -¡Ni siguiera había hormigas! No pasaban de diez.- La campana parecía más campana porque perdió su bagajo. Además, me sorprendió un pañuelo colgado de un árbol solitario y podrido. En su centro estaba bordado un perro cachorro, lebrel en ciernes, descolorido por la lluvia; e inmaduro, quizás por no haber salido del pañuelo.
Y quedé atónito, contemplando una mano de hierro que mantenía cogida una bola. Esas manos habidas en algunas puertas en función de llamadores, y que te dan un susto de muerte cada vez que suenan. No estaba en ninguna puerta, sino sobre la arenisca de la plaza, esperando que se abriera el suelo, para ser enterrada con dignidad.
Esto es todo. Me vino a la boca cómo un regusto amargo y fuera de lugar. Te lo hubiera remitido por correo si allí hubiera habido una oficina adecuada, y no una tablilla en la que me pareció poder leer: "CORR... . Y, corrí ... ¡vaya si corrí! ... aún estoy corriendo...
¡Adiós, amor!
He puesto a este hipotético poblado, -que no existe en las rutas turísticas de Escocia,- tan mal parado, con ironía del cuento, que mereció este comentario justo y oportuno: "Nota de la redacción: Cornualles es un lugar rudo y salvaje, pero tiene su belleza. En la dirección de Internet que pongo a continuación, hay fotos de Tintagel, con las ruinas del castillo del rey Arturo.
https//www.marhhamchurch.eu/Tintagel-picture 1.htm
NOTA: (¡Pero amigos, sólo puedo decir qué, similar a como es la política en general, son los cuentos!) Esto no se me ocurrió añadir en la colección AIR. ¡Fue un olvido imperdonable!...
¡A los escritores y amigos lectores: ¡FELIZ AÑO PARA BIEN DE TODOS!

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