Seguiremos el Informe anterior de fecha, 8.6.2015: El capitalismo y el poder están presentes en todos los regímenes, porque forman parte de la historia humana. Necesarios, aún cuando quienes lo ostenten dejen mucho por desear. Craso, fue una muestra de enriquecido avaro, y pasó el tiempo de su vida prestando dinero, casi oliendo el capital acumulado y sus intereses. A sus setenta años de edad aún era un político intrigante que formó triunvirato con César y Pompeyo.
El poder y ansia por llegar a sus dominios, han sido siempre objetivo de aquellos idealistas por implantar un sistema social capaz de estabilizar las diferencias económicas habidas entre estratos distintos de la sociedad. También de corruptores y corruptos faltos de honestidad, cargados con el peso de su despotismo; tiranos, y manipuladores de oficio.
Las diferencias sociales; mejor dicho, las desigualdades injustas, y aún las atribuidas como justas a sabiendas que son falsas, no fueron sólo halladas por Karl Marx, y después por aquellos profetas que predicaban su erradicación, como Lenin, Dantón, Mitabeau, Montesquiu, Condoret, Robespierre y Murat, todos promotores de un orden político ideal que rescataría de la pobreza a las clases más necesitadas de todo.
Porque equivocados, mejor que malvados, fueron maquiavelistas de sus alegrías y desgracias, pero dejando tras de sí un reguero de seguidores hábiles, capaces de hundir a ciudadanos crédulos, y trabajadores honestos. Confucio, suponúia que las reglas eran expresión de aquello más junto, y sus dictados, modelo para la igualdad de todos los seres humanos. También creía que las ceremonias religiosas devolverían la paz y dignidad a los oprimidos.
En el libro titulado "Li-King" de ceremonias, podemos deducir la situación social de muchos trabajadores, tanto, como la necesidad de un ideario políctio capaz de dar fin a tanta situación injusta. Él explicó lo siguiente:
"Cuando prevalezca el principio de la "Gran Similitud", el mundo entero será una república y gobernarán los más sabios y virtuosos..." "...los grandes hombres se ocupan en amurallar las ciudades..." "Ritos y Justicia, son las maneras de mantener la correcta relación entre el Príncipe y su Ministro, el padre y su hijo, el primogénito y su hermano, el esposo y la esposa". "Se procederá a la alimentación de los viejos, y se dará trabajo a los que estén en condiciones de trabajar..."
Confucio, sabía bien lo que estaba diciendo al referirse con tanta ilusión a las reglas, porque antes, como ahora, existe el llamado "problema moral", y cuya solución también debería estar unida a los avances científicos y técnicos de cada tiempo. Es la cuerda de medir más necesaria. Avance civilizador que requiere orden, y dentro de ese orden, la norma que regule y establezca la convivencia entre personas, su desarrollo cultural y social.
Sin ello, puede imperar el error y la mala fe social. No es de mérito moral establecer maneras que antepongan lo menos importante sobre lo que sea primordial. No se trata de ver solo "la paja en el ojo ajeno", más bien, regir nuestra conducta con rectitud, porque la moral no es algo fortuito y poco duradero, sino que debe permanecer inamovible para señalar nuestro camino sin romper los tallos de flores más preciadas.
En el Protocolo primero de los "Sabios de Sion", podemos leer unos renglones de su texto que les son aplicables a partidos políticos de hornada última, como peine al cabello. Se refieren a los dirigentes y partidos políticos surgidos de las masas humanas; dice: "Cuando un ciego conduce a otro, ambos caen al precipicio; en con secuencia, los advenedizos salidos de las filas del pueblo, aunque sean unos genios, no pueden colocarse a la cabeza de las masas sin arruinar la nación". "El pueblo abandonado a si mismo, es decir, a jefes salidos de sus filas, se pierde en luchas partidarias nacidas del afán de poder y el ansia de renombre; así se crean la revuelta y el desorden".
¿Entonces, qué decir de nuestro momento actual y pactos de coalición? ¿No sería lógico, y mejor obligado, siguiendo a Confucio en sus reflexiones, dictar reglas electorales por las que se prohibieran los pactos de coalición? ¿A caso es irrazonable que el partido mayoritario por votación libre y secreta del pueblo, sea gestor de los intereses generales? ¿Lo contrario no es fraude político y manera de burlar al pueblo; a su honor, dignidad soberanía? ¿O es que todos estos atributos que la Constitución de España expresa que son del pueblo resultan ser una burda mentira? ¿Puede creer alguien, qué los dirigentes mismos que han pactado después de una votación general en España, permitirían hacer lo mismo con los acuerdos adoptados en una Junta de vecinos-propietarios, regida por la Ley de Propiedad Horizontal?
En este Protocolo también expresa: "Poner mayor esmero en lo que es aprovechable que en lo bueno y moral. Este es un plan..." ¿!Alguien lo duda que esta especie de maldad se esté cumpliendo¡?
Siendo la moral una; sin embargo existen formas diversas de su aplicación, conforme con los actos en que debe ser aplicadas. Entre ellas sería, y es, la moralidad en el trabajo, y la manera de concebir y practicar cuanto con el mismo se relaciona. Principio de Derecho que existiría sin nosotros, de la manera misma que existiría el ser del mundo sin nuestra presencia. Luego se sigue de este razonamiento que la moral es causa, y no un efecto.
Esta filosofía de "pero grullo" nos advierte que el concepto actual de Empresa como unidad de trabajo; es necesaria aún cuando sus fundamentos no están acomodados dentro del orden moral más absoluto. Ocurre igual con loas gobiernos que desgobiernan nuestros condominios de la cosa pública.
Motivo por el cual, todo acto singular o generalizado de carácter social, debe contener en su reforma valor moral necesario y adecuado a los intereses de las partes que intervienen en una empresa. Fue en la naturaleza humana donde estuvieron siempre deberes y derechos. Por tanto, existir, es tanto como tener; y la nacencia, predisposición innata del disfrute de ese con tenido, que incluso, alcanza a los llamados "bienes mostrenco".
El Estado somos todos, no los gobiernos elegidos; ellos nos representan, y administran, bajo tutela de mandato que otorgamos. Y esta es la verdad implícita que existe en una país que trate de convencernos que obra conforme a Derecho y es democrático. Lo otro, sería tiranía dirigida por una comparsa de dictadores.
De donde se infiere que las cosas nos son atribuidas en usufructo para desarrollo social y moral de la comunidad, y a su vez, de la persona que la integra. Por tanto, es condenable cualquier intento de aniquilamiento, como también su acumulación en pocas manos con desprecio de equidad participativa que tienen otros seres humanos. Partiendo de este concepto, la manera más directa de definir el trabajo, está en transformar las cosas en otras que nos son útiles, porque del trabajo deriva el bien común. Y, el bien común tal como se nos manifiesta, es la forma más simple de entender la justicia social.
La perseverancia moral mantiene equilibrada la justicia social y busca dentro de ella premisas que dicten reglas de trabajo para las partes que integran a una empresa. Política moral que no conviene a los Sabios de Sion. Por eso tratan de someter la empresa al poder unilateral de una sola dirección, el capital. Lo significan con toda claridad en este renglón de su Protocolo primero: "LA POLÍTICA NADA TIENE QUE VER CON LA MORAL
En el Protocolo primero de los "Sabios de Sion", podemos leer unos renglones de su texto que les son aplicables a partidos políticos de hornada última, como peine al cabello. Se refieren a los dirigentes y partidos políticos surgidos de las masas humanas; dice: "Cuando un ciego conduce a otro, ambos caen al precipicio; en con secuencia, los advenedizos salidos de las filas del pueblo, aunque sean unos genios, no pueden colocarse a la cabeza de las masas sin arruinar la nación". "El pueblo abandonado a si mismo, es decir, a jefes salidos de sus filas, se pierde en luchas partidarias nacidas del afán de poder y el ansia de renombre; así se crean la revuelta y el desorden".
¿Entonces, qué decir de nuestro momento actual y pactos de coalición? ¿No sería lógico, y mejor obligado, siguiendo a Confucio en sus reflexiones, dictar reglas electorales por las que se prohibieran los pactos de coalición? ¿A caso es irrazonable que el partido mayoritario por votación libre y secreta del pueblo, sea gestor de los intereses generales? ¿Lo contrario no es fraude político y manera de burlar al pueblo; a su honor, dignidad soberanía? ¿O es que todos estos atributos que la Constitución de España expresa que son del pueblo resultan ser una burda mentira? ¿Puede creer alguien, qué los dirigentes mismos que han pactado después de una votación general en España, permitirían hacer lo mismo con los acuerdos adoptados en una Junta de vecinos-propietarios, regida por la Ley de Propiedad Horizontal?
En este Protocolo también expresa: "Poner mayor esmero en lo que es aprovechable que en lo bueno y moral. Este es un plan..." ¿!Alguien lo duda que esta especie de maldad se esté cumpliendo¡?
Siendo la moral una; sin embargo existen formas diversas de su aplicación, conforme con los actos en que debe ser aplicadas. Entre ellas sería, y es, la moralidad en el trabajo, y la manera de concebir y practicar cuanto con el mismo se relaciona. Principio de Derecho que existiría sin nosotros, de la manera misma que existiría el ser del mundo sin nuestra presencia. Luego se sigue de este razonamiento que la moral es causa, y no un efecto.
Esta filosofía de "pero grullo" nos advierte que el concepto actual de Empresa como unidad de trabajo; es necesaria aún cuando sus fundamentos no están acomodados dentro del orden moral más absoluto. Ocurre igual con loas gobiernos que desgobiernan nuestros condominios de la cosa pública.
Motivo por el cual, todo acto singular o generalizado de carácter social, debe contener en su reforma valor moral necesario y adecuado a los intereses de las partes que intervienen en una empresa. Fue en la naturaleza humana donde estuvieron siempre deberes y derechos. Por tanto, existir, es tanto como tener; y la nacencia, predisposición innata del disfrute de ese con tenido, que incluso, alcanza a los llamados "bienes mostrenco".
El Estado somos todos, no los gobiernos elegidos; ellos nos representan, y administran, bajo tutela de mandato que otorgamos. Y esta es la verdad implícita que existe en una país que trate de convencernos que obra conforme a Derecho y es democrático. Lo otro, sería tiranía dirigida por una comparsa de dictadores.
De donde se infiere que las cosas nos son atribuidas en usufructo para desarrollo social y moral de la comunidad, y a su vez, de la persona que la integra. Por tanto, es condenable cualquier intento de aniquilamiento, como también su acumulación en pocas manos con desprecio de equidad participativa que tienen otros seres humanos. Partiendo de este concepto, la manera más directa de definir el trabajo, está en transformar las cosas en otras que nos son útiles, porque del trabajo deriva el bien común. Y, el bien común tal como se nos manifiesta, es la forma más simple de entender la justicia social.
La perseverancia moral mantiene equilibrada la justicia social y busca dentro de ella premisas que dicten reglas de trabajo para las partes que integran a una empresa. Política moral que no conviene a los Sabios de Sion. Por eso tratan de someter la empresa al poder unilateral de una sola dirección, el capital. Lo significan con toda claridad en este renglón de su Protocolo primero: "LA POLÍTICA NADA TIENE QUE VER CON LA MORAL

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