Continuamos el Informe anterior de fecha, 13 de diciembre del año actual, y conforme con la colección de libros editada por este Sindicato titulada "MOSAICO LITERARIO V" cuya dirección fue del Dr. Don Antonio Urbaneja S. Fernández, como dijimos. Número que fue dedicado a la memoria de Don Emilio Zamanillo Pérez.
Esta Presidencia, que estaba fuera de Madrid, al conocer su fallecimiento por Doña Pilar Guil Vera, su esposa, casi le fue imposible trasladarse a Málaga, y agradece una vez más las facilidades que le procuró quien así lo hizo posible desde Madrid.
Tan poco podía estar ausente con su palabra escrita del Homenaje a la Memoria de Emilio. De manera que su pensamiento quedará testimoniado como recuerdo entre las páginas de "Mosaico Literario", junto con otros atributos de escritores que en esta publicación le fueron ofrecidos. Lo hizo, para sumarse a un acto de fraternidad y de sentimiento propio, como un escritor de esta Publicación más; pero la delicadeza del Dr. Don Antonio Urbaneja, situó el escrito como Prologo.
Haré referencia de algunos poemas que le fueron dedicados, comenzando por el orden establecido en su edición, pero como es impensable transcribir todos, su síntesis seguirá un orden de apertura del Libro al azar; es decir, abriendo sus páginas de manera casual desde principio a fin. A hora, Prólogo y soneto:
"A EMILIO ZAMANILLO PÉREZ".
"No es asunto fácil para un coplero como yo, alumno poco aventajado de las Letras, exaltar virtudes, muchas, y méritos personales de un amigo. En este caso, tuyas, Emilio.
Y, no lo es, porque tu corazón estuvo latiendo sin descanso por todos nosotros al ritmo y medida de una idea misma: Recio en tu ser, con alma de inmensidad sin límite en su esencia. Comparable, con esos árboles milenarios que fueron guía y señal de símbolos primeros. Grande en tu trabajo, silencioso en tu tenacidad, erguido frente a deslealtades e incomprensiones. Vigía de este Sindicato, y Norte hacia el camino donde las incertidumbres y desesperanzas se afanaban por desviar la nave de su rumbo permanente.
La riqueza de éste nuestro idioma venido del tronco Indoeuropeo, descendencia del Sánscrito, apenas es remedo para expresar juicio acertado sobre tus méritos y virtudes. También es posible que mi deseo por hacer presente tu valía, quede allá en lo profundo del acontecimiento dicho, oculto tras el mensaje sociométrico subyacente.
Es preciso no olvidar que una voz como la mía, seguidora humilde de la esperanza, no sabe utilizar con soltura juicios gramaticales, ni literarios, perdida como está en el código binario de vocablos, incapaz de argüir con propiedad la hondura del sentimiento que por tu causa le emociona.
Has puesto amor, y has puesto pasión en todo lo hecho y en todo lo dicho. No hay amor apasionado sólo, existe amor también en la amistad, en el Arte, y en la vida toda. Hay amor en la contemplación del río que llega hasta el mar recibiendo un beso de sus riberas, o cómo las nubes, que van y provienen insinuando otros paisajes, otros lugares, y otras añoranzas.
Hay amor que se apasiona con acciones necesarias, dignas y desinteresadas. Este fue un aspecto de tu amor por el Sindicato, y has hecho pensar a muchos que tú venías de otro mundo, de otra distancia donde le tiempo parece que se agita. Tú detenías las horas transformadas en dádivas y promesas. Llegaste del Sur donde la vida entera se hizo trance de voz y poema. Abriste la ventana de los sueños y el cauce de amistad franca y sincera
Has estado grabando en blasones de paz tus andaduras, infatigable por la vía de la entrega. Poema interminado de nuestra realidad, que hoy, sin tu presencia, ha perdido de improviso su grandeza.
Y, volver, volver siempre, al quehacer cotidiano, a un mismo esfuerzo, donde el orden de la acción allí sen cierra, héroe inistinguible con fe en el triunfo de una idea.
Has partido de aquí, de nuestro mundo, un mundo muy distinto al de estas tierra, donde el quehacer tiene su acento y puso rima de ensueño y entereza.
Decir que esto es un prólogo, me abruma. Prólogo es siempre aquello que comienza: Página sin término, inconclusa, espera que sin ser lo se desvela. La vida, por ejemplo, cuando nace, y después, paso a paso, se libera del recuerdo impresentido de su esencia.
Tu prólogo amigo Emilio, es un volumen de aciertos si fronteras, algo que atrás dejó su huella escrita con tu voz y con tu letra.
¿Y qué mejor decir a quién dio todo, que cantarle con el verso del verbo a su proeza? Por esto, y para esto, hemos venido a MOSAICO LITERARIO hasta su muestra de bien hacer que nos legó Urbaneja. Doctor en Medicina, y compañero docto en el saber y la experiencia.
Hemos venido todos para dejar en el recuerdo nuestro poema. A cantar en soledad de todos nuestras sílabas de afecto, de amistad y de tristeza.
IN MEMORIAL.
A EMILIO ZAMANILLO
"Has dejado latente en nuestras vidas,
exaltando el amor por lo que amabas,
y en tus horas sin pausa preparabas,
futuras ilusiones compartidas.
Has dejado esperanza prometidas,
en todo cuanto hacías y soñabas,
y una noche de Octubre nos dejabas,
con las almas temblando y conmovidas.
Descansa en paz en ese eterno espacio,
al que todos llegamos algún día.
la palabra de Dios es un prefacio
de esperanza en volver, y de alegría.
!Escribe allá en el cielo sin cansancio,
cantos de amor con ritmos de poesía¡
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SU OCTUBRE ÚLTIMO.
- A Emilio Zamanillo- por Shonnya Dumon-B.
Emprendiste la ruta de los sueños,
hacia un cielo inefable de poesías,
donde existen perennes alegrías,
y los sueños de paz se hacen eternos.
Hasta el Sol se olvido de los inviernos,
y dejó el llanto de sus noches frías;
después durmieron para ti los días,
y la esperanza de volver a vernos.
Así es la muerte, estela de la vida,
allí perece la existencia humana.
Una senda de luz siempre encendida,
en el albor que nace en la mañana:
Una rima que surge conmovida,
y te canta por fin a tu llegada.
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A EMILIO ZAMANILLO PÉREZ .
- De tu amigo que siempre te recordará.
Pídele a Dios por nosotros.- Por Antonio S. Urbaneja Fernández.
Este Emilio que ya no está presente,
un ceutí cumplidor y buen amigo
del que dicen, dirán y ahora digo
que entró en el solar del gran ausente.
Amigo que se va y está contigo,
poeta que se fue y está presente,
del escritor su adalid valiente
al que todos seguimos y yo sigo.
Agotado murió en loco empeño
defendiendo al que la pluma empuña
cual espada en manos de su dueño
o troquel que al Sindicato acuña
realizando mejor sus vanos sueños
de arrancar soluciones con las uñas.
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Muchas gracias por recordarme a tan buenas y grandes personas. Un cariñoso saludo desde Málaga.
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