Sindicato N.E.E. Informes Presidente

sábado, 4 de junio de 2016

SINDICATO NACIONAL DE ESCRITORES ESPAÑOLES. iNFORME DE LA PRESIDENCIA. Madrid,4.6.2016


                              - V -

El poder civil y el militar caminan cogidos de la mano, por cuyo motivo las malas acciones del primero recaen sobre el segundo. Queremos decir que tanto la táctica como la estrategia civil de los gobiernos dirigen los intereses de sus políticas, sean buenas, malas, o peores. Lo que no deja lugar a dudas sobre la responsabilidad de ambos. Siempre partiendo del principio moral de que las guerras han sido producidas por motivos inmorales.

Tesis que no admite controversia alguna según hemos dicho: porque se es moral, o no. Este concepto estricto no permite medias verdades y es contrario a otros matices derivados del cómo y el por qué se sucedan los hechos, aplicables solo al ser humano individual cuando estas suceden impulsadas por otros factores y circunstancias.

Y es así, porque el arte de gobernar tiene mucho de ciencia: es necesario que la tenga para que los gobiernos no caigan en errores al adoptar medidas que deban ser consideradas válidas. Ocurre que los gobiernos suelen caer en la abominación de admitir que la moral del mundo es falsa, no un hecho, y tal como refería Nietzsche en su libro "El Nihilismo" (pág. 30): "... una invención poética..." "...como algo en devenir, como una falsedad siempre perpetuamente removida y que nunca se acerca a la verdad".

Al proseguir nuestra tesis, hacemos uso de los documentos habidos en el  Instituto Español de Estudios Estratégicos del Ministerio de Defensa, exigidos para obtener Diplomatura de Estado Mayor. En los mismos se analizan circunstancias referidas a la táctica y estrategia política de los gobiernos y su relación con el poder militar, según criterios de los profesores estrategas  más destacados del mundo. 

En ellos se afirma que, "...el principio de la primacía política es esencial al interés nacional". Lo peor es que producida una guerra, no parece justificado ningún principio moral que la aconseje, ni justificables las consecuencias de su defensa. Ambos casos resultan ser un crimen humano, económico y social. Aberración de los principios mismos morales que los gobiernos codifican para las conductas individuales y sociales de los pueblos.

Rober Edictte Osgood, estratega norteamericano de estudios operativos, después de la segunda Guerra Mundial, era partidario "de una respuesta masiva" en el caso de que pudiera ser repetida otra conflagración. Igual pensaban Eisenhower y Kissinger. Actos criminales que han ocurrido durante toda la historia humana. Debo pensar que tal respuesta de guerra total también se produjo en 1595, cuando en la Mesopotamia, región Sur y Centro, los hititas destruyeron Babilonia, y los kassitas la ocuparon en tiempos de Kurigalzu II.

Confirma la tesis que mantengo sobre la inmoralidad de las guerras, el Instituto Español de Estudios Estratégicos cuando explica siguiendo a los tratadistas en la materia actuales que,"En la práctica la limitación de la guerra es moral..." . y "...un difícil problema de combinar poder militar y política exterior". Lo mismo ocurrió cuando Tukulti-Ninurta I conquistó el Imperio Mitani (1250-1210). Lo verdaderamente moral sería evitar la guerra, porque pueden fallar los intentos diplomáticos de última hora.

Problemas de reflexión que continuaron desde la guerra de los Treinta Años y desde 1648 a 1914. Pero comparando periodos históricos nos encontramos que estos desmanes criminales se muestran como si los mismos fueran consecuencia de un designio inevitable, cuando obedecen a la incapacidad política de los gobiernos, o a deseos de poder territorial y económico. Causas todas que encontramos entre los años 1600 a 1200 a. de J.C. en el Norte y Centro de Europa, primera Edad del Bronce, próspera para el imperio cultural cretense, la cultura micénica, la penetración aquea en Creta y la destrucción de Knossos (1425).

Bermar Brodie estratega, era contrario al criterio de la Unión Soviética. Esta sostenía que las ciudades eran los únicos objetivos adecuados para ganar una guerra. Criterio más criminal por cuanto trataba de vencer al enemigo asesinando a la población civil y destruyendo sus ciudades. Brodie, decía: "Hasta ahora, el propósito principal de una institución militar ha sido ganar guerras. A partir de ahora su principal propósito debe ser evitarlas".

A pesar de tan morales y bien fundadas advertencias no parecen haber calado hondo en muchos gobiernos, toda a vez que no están seguros de ellos mismos ni de sus propósitos en cuanto a la necesidad imprescindible y absoluta de terminar con las guerras. Cuando hablan a las poblaciones civiles, y se refieren a manifestaciones que reivindiquen  derechos, o a protesten por falta de los mismos, justifican la necesidad de acabar con la violencia, haciendo saber que el diálogo pacifico está reconocido por ley. lo que es moral. ¿Entonces porque no se aplican ellos los mismos valores? 

Sin tomar remedio alguno contra la enfermedad inicua de la guerra, pese a criterios estratégicos militares de actualidad, se sigue manteniendo el procedimiento de violencia para resolver aquellos problemas cruciales que la incompetencia de los gobiernos no supo resolver o mitigar. Así se explica el porqué la Carta de las Naciones Unidas, en los títulos 5 y 6 referidos "a operaciones de mantenimiento de la paz", aconseja utilizar el poder aéreo en operaciones para mantener la misma. ¿Que haya paz empleando la guerra? ¿No seria mejor evitar la guerra empleando la paz?

¿Será cierto lo que muchos consideran mito de la religión judío-católica, que existió una guerra donde el ángel del Señor capitaneó a los contrarios a Dios, y fue desterrado aquí en la Tierra hasta el día final del Apocalipsis, y desde entonces por su intervención maléfica se suceden tan ingratos sucederes? ¿Quizás una de sus maldades fue contraria a lo que suponemos un bien para la humanidad y avance civilizador inteligente, como fue transformar la globalización agraria en industrial, y la economía basada en el trueque, por el "becerro de oro" monetario? 

¿No sería su segunda intervención el "estado del bienestar"; las áreas de libre mercado; la liberalización total de los cambios intercomerciales; la modernidad; los bancos centrales y nacionales; los monstruos postdiluvianos de las empresas multinacionales; el desempleo; La Cumbre de Lisboa; la Cumbre Euroáfricana; la Cumbre FREIRA, y el Consejo de Biarriz;...?

¿Desde la industrialización, que debió ser un bien general, los gobiernos parecen estar atados de pies y manos para poder actuar frente al desorden, la corrupción, y el desafuero. ¿No ha ocurrido esto desde los días primeros de la historia humana? ¿Es que hoy no parece más demoníaca y envilecida la sociedad en términos generales?

Las naciones para salir de este atolladero ingrato, han establecido organismos internacionales, incapaces de terminar con los grandes negocios del terrorismo; venta de armas; narcotráfico; guerrillas; impuestos revolucionarios; secuestros; vertidos tóxicos; ratios de endeudamiento; abonos contaminantes para la agricultura dirigidos por mafias; contaminación atmosférica de agentes químicos, y a consecuencia de efectos imponderables que se producen en las centrales eléctricas nucleares; pobreza;  hambre, y guerras locales. ¿No les parece todo esto obra de un ser demoníaco?

El demonio mostró a Jesús todos los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: -"Todas estas cosas te daré si caes y me rindes un acto de adoración".-  (Mat. 4:1-11 y Luc. 4:1-13)). ¡ Está claro que no se puede dar lo que no se posee!


                                             

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