La necesidad de regular derechos necesarios para profesiones y trabajadores de ramas distintas de actividad, comenzó hace muchos años. En principio fueron promovidas por hermandades católicas que apoyaron los fieles y toleradas por las monarquías. Ejemplo: Aquellas constituidas contra los nobles en época de Enrique IV de Castilla. Eran atisbos de asociaciones ( 1467 ). Otras, como las gallegas 1418, 1431, 1446 y 1467. También influyo el alzamiento de los campesinos contra los señores feudales. Conflictos de trabajo que pretendían leyes apropiadas y organizaciones que las exigieran mejor dotadas que los " hermandiños" ( 1467).
Hubo movimientos asociativos en 1456-1460; 1464-1468; 1473-1474. Algunas dejaron testimonio en las Cortes a mediados del siglo XIV. La inflacción de precios y regresiones económicas provocadas por el poder dinerario han sido siempre causas que motivaron el nacimiento de las hermandades. En 1464, la Guipuzcuana y la " Santa Hermandad" en toda Castilla. A su vez aquellas otras constituidas en Toledo.
Nietzsche, creía en el superhombre que se hacía asimismo sin la ayuda de fuerzas externas distintas a las de su naturaleza. Libre, para aceptar su destino, bueno o malo. Socialista teórico que influyó en muchos escritores: Henrik Ibsen y Agust Stryndberg, ambos de origen escandinavo. Aleksandr S. Pushkin y Dostoyesski fueron escritores cuyos criterios eran similares al de Nietzsche . Ibsen lo expuso en su obra " La Casa de Muñecas", con estas palabras: " La minoría siempre tiene razón; el hombre fuerte es el que va solo".
Disraelí, Primer Ministro de Gran Bretaña, al anunciar la revolución europea de 1848, expresó: " El mundo está dirigido por personas muy distintas de las que imaginan los que no hacen llegar su mirada a los pasillos de entre bastidores". Rousseau, defensor del doctrinarismo democrático, reconocía que el " interés de la humanidad futura" podía hacer posible " que la voluntad general pueda no ser necesariamente la voluntad de la mayoría".
Tampoco sus ideas sirvieron a la sociedad para modificar ninguno de sus defectos. El individuo, cuando cambia de situación social y económica, parece no haber aprendido nada de sus años menos prósperos. Muchos caen en el capitalismo avaro y ageotista. Simón Ituri Patiño, obrero sagaz, poco ilustrado, nacido en Bolivia. trabajó en una mina de estaño, que después pasó a su propiedad. La explotación de los recursos fueron principio del capital mayor de su tiempo. No por eso quiso mejorar condiciones de trabajo de sus empleados, sino las suyas. Fundó la compañía " Patiño minas & Enterprisis Consolidates Inc ". Asociado con M. Hochschild, este grupo llamado " barones del estaño". Actuaba con independencia dentro de la Nación. Tuvieron negocios navales en Alemania. Su poder económico se extendió por Gran Bretaña, Indochina y Níger. Dominaban casi todo el mercado internacional del estaño, y con la magia que el capitalismo avaro utiliza para intervenir en los destinos del mundo, dirigió golpes de estado en su país ( 1947). Se impuso a los Gobiernos y actuó sobre ellos apoyado por los demás socios, también magnates poco escrupulosos. ¿En los medios editoriales se mueve el capital ecuánime y el capital agiotista? es un hecho, como se mueve también aprovechando las coyunturas posibles de toda clase de regímenes políticos. Utiliza la veleidad y ambición de muchos de sus componentes. Hasta los socialistas más románticos han sido desviados de sus ideas originales. Engles, se daba cuenta de sus trayectoria y escribió a Marx el 13 de febrero de 1851 lo siguiente: " ¿ No hemos actuado desde hace varios años como si nuestro partido no existiese cómo si no fuese más que una baraúnda de gentes sin valor y sin la menor idea sobre los móviles de nuestra acción ?".
No obstante, en 1931, José Arévalo, presidente de Guatemala, sustituyó a la dictadura de Jorge Ubico mediante revolución, consecuencia del " Pacto de Sitges" acordado en España ( 1957), quien promulgó el Código Laboral y los derechos de sindicación.
No supongan que esta Presidencia es tan ingenua como para creer que los Sindicatos de partido político son como bálsamo de " Filabrás " y atraves de ellos se resuelven todos los problemas sociales. No nos engañemos, muchos están influidos por decisiones indirectas del capitalismo. El problema no es solo de los Gobiernos y los Sindicatos, sino de las personas que integramos la colectividad. Mucho tiene que ver con nuestra psicología que proviene del cuerpo social donde permanecemos. El inconsciente colectivo contiene atavismos y errores procedentes de lo más profundo de la psíquis humana. Las personas que constituyen los gobiernos y los sindicatos, proceden de estratos integrados junto a nosotros. De manera que quienes fundan estas organizaciones son parte de nosotros. Su capacidad de gestión honesta depende de influencias correctas o incorrectas recibidas.
Cuando estas personas físicas integran a las jurídicas, no todas, deciden intervenir para mejorar las circunstancias generales de los demás, no lo hacen como los 12 Apóstoles manchando de polvo sus sandalias; ahora, las circunstancias son muy diferentes y están aceleradas por efectos industriales y económicos de " globalización", con áreas territoriales superpobladas y mercados para la información. Mundo de capitales trasformados por nuestros congéneres en capitalismo de intereses.
Contrarios a los Apóstoles, los nuevos andadores de la Mancha social, menos quijotes, recurren a la Banca constituida por grupos financieros. Una vez que los créditos otorgados surten efecto, es decir, cuando los peticionarios llegan al Poder, entonces comienza, o puede comenzar, el devengo moral que los prestamistas exigen, De tal manera solicitados, que el equilibrio de unos no mate a la gallina de los huevos de oro de otros. Porque si los Sindicatos políticos que han recibido dinero del herario público, o de manera directa de los prestamistas, exigieran cubrir las necesidades existentes y persistentes de los obreros hasta sus consecuencias ultimas legítimas, los huevos de oro serian trasladados a un lugar más seguro, porque salvaguardar el capital propio sabe hacerlo muy bien el capitalismo.
No obstante y a pesar de todo, Leyes de Trabajo y Constituciones de los Estados, han otorgado derechos a los sindicatos que no conceden a las demás organizaciones civiles, es ahí donde todos debemos ejercer unidad a través de los órganos facultados para gestionar los derechos del trabajo.
No hacerlo, es dejación y responsabilidad de cada uno que afecta a los derechos de todos. Porque aunque muchos no lo crean, no laboramos solo para nosotros, sino también para los demás. Diferente al Código Genético de las especies existe otro código que está también impreso en la célula social y se llama Derecho del Trabajo.
El entramado del capitalismo está perfectamente urdido. Sí hubiera nacido por generación espontánea sería acreedor de muchos sindicatos y gobiernos. De donde se sigue que su mejor caldo de cultivo está en las Democracias cuyos principios reconocen libertades mayores legales que cualquier otra clase de régimen político.
Seguiremos hablando de estas cuestiones.
